viernes, 4 de noviembre de 2011

DISCIPLINAS FILOSÓFICAS

Ø ÉTICA. La ética se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. El concepto proviene del término griego ethikos, que significa “carácter”. Una sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido, etc. en lo referente a una acción o a una decisión.
Por lo tanto, cuando alguien aplica una sentencia ética sobre una persona, está realizando un juicio moral. La ética, pues, estudia la moral y determina cómo deben actuar los miembros de una sociedad. Por lo tanto, se la define como la ciencia del comportamiento moral.
Claro que la ética no es coactiva, ya que no impone castigos legales (sus normas no son leyes). La ética ayuda a la justa aplicación de las normas legales en un Estado de derecho, pero en sí misma no es punitiva desde el punto de vista jurídico, sino que promueve una autorregulación.
La ética puede dividirse en diversas ramas, entre las que se destacan la ética normativa (son las teorías que estudia la axiología moral y la deontología, por ejemplo) y la ética aplicada (se refiere a una parte específica de la realidad, como la bioética y la ética de las profesiones).
Respecto a los autores fundamentales en el estudio de la ética, no puede obviarse al alemán Immanuel Kant, quien reflexionó acerca de cómo organizar las libertades humanas y de los límites morales. Otros autores que analizaron los principios éticos fueron Aristóteles, Baruch Spinoza, Jean-Paul Sartre, Michel Foucault, Friedrich Nietzsche y Albert Camus.

Ø ESTÉTICA.  En el aspecto filosófico, es la disciplina que trata de lo bello (entendido en el sentido amplio que abarca lo artístico, las diferentes categorías estéticas -sublime, gracioso, lindo, ridículo, trágico, etc.-, lo bello natural, moral y cultural) y los diferentes modos de aprehensión y creación de las realidades bellas. Si se entiende por estético aquello que despierta en el hombre una sensación peculiar de agrado, potenciación expresiva y distensión adherente hacia el entorno, puede definirse la e. como la ciencia de lo estéticamente relevante, a fin de evitar el riesgo de entender lo bello de modo en exceso restringido. Los términos bello y estético no hacen aquí sino remitir a un campo de realidades que la e. debe cuidadosamente precisar. No constituye, por tanto, un círculo vicioso el uso del calificativo estético en la definición de la e., pues en principio tal vocablo no se utiliza en un sentido técnico riguroso, sino en cuanto que alude, de modo elemental y primario, a un determinado género de objetos y experiencias.
Visto a la luz de su etimología (de aistanomai, sentir) y del uso que se hizo históricamente del mismo, el término e. no intenta sino destacar uno de los momentos constitutivos de la experiencia humana de lo bello, a saber, el papel ineludible, aunque no exclusivo, que juega en ella la intuición sensible.
     
Ø ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA. La antropología filosófica (del griego άνθρωπος, ánthropos, "hombre", y λόγος, logos, "razonamiento" o "discurso") puede entenderse de varias maneras. Una sería el estudio filosófico del ser humano elaborado a lo largo de los siglos y actualmente objeto de atención de los filósofos. Otra manera de entender la expresión sería más restringida, y se aplicaría a un movimiento o escuela de pensamiento fundada en Alemania en los años 1920 y 1930, de filósofos, antropólogos y sociólogos; este movimiento tuvo una influencia decisiva en el panorama intelectual alemán del siglo XX.
«Nunca en la historia, tal como la conocemos, el hombre ha sido más que un problema en sí» —Max Scheler.
La antropología filosófica marca un punto de inflexión en la filosofía por medio de la crítica de la tradición idealista y del dualismo cartesiano, con una concepción del hombre como una unidad física y psíquica. Fue también una respuesta a la teoría del historicismo alemán.
La base de su planteamiento consistía en utilizar las enseñanzas de las ciencias naturales (biología, zoología, etología, paleoantropología, etc.) y las ciencias humanas para tratar de identificar las características de la especie humana, su posición específica en el mundo en el entorno de los reinos mineral, vegetal y animal.
Sus principales representantes son Max Scheler (1874-1928), Helmuth Plessner (1892-1985) y Arnold Gehlen (1904-1976).

Ø HERMENÉUTICA. La hermenéutica (del griego ρμηνευτικ τέχνη, jermeneutiké tejne, ‘arte de explicar, traducir o interpretar’) es la interpretación de textos en la teología, la filología y la crítica literaria. En la filosofía es la doctrina idealista según la cual los hechos sociales (y quizás también los naturales) son símbolos o textos que deben interpretarse en lugar de describirse y explicarse objetivamente. La hermenéutica filosófica se opone al estudio científico de la sociedad: sobre todo, desprecia la estadística social y los modelos matemáticos. Dado que considera lo social como si fuera espiritual, la hermenéutica subestima los factores ambientales, los biológicos y los económicos, al mismo tiempo que rechaza abordar los hechos macrosociales, como la pobreza y la guerra. De este modo, la hermenéutica constituye un obstáculo a la investigación de las verdades acerca de la sociedad y, por tanto, de los fundamentos de la  políticas.[
Ø SEMIÓTICA. La semiótica se define como el estudio de los signos, su estructura y la relación entre el significante y el concepto de significado. Los alcances de la semiótica, de la misma manera que su relación con otras ciencias y ramas del conocimiento, son en extremo amplios.
 Ferdinand de Saussure la concibió como «la ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social». Actualmente, no hay consenso, ni autor que se atribuya o tome la iniciativa de plasmarla en algún manual. Se propone que la semiótica sea el continente de todos los estudios derivados del análisis de los signos, sean estos lingüísticos (semántica) o semióticos (humanos y de la naturaleza). Existen muy pocas clases de signos, como el signo lingüístico o el signo clínico, cuyas descripciones se pueden consultar en el artículo correspondiente, o a través de signo (desambiguación).

Ø FILOSOFÍA DE LA HISTORIA. La filosofía de la historia es la rama de la filosofía que estudia el desarrollo y las formas en las cuales los seres humanos crean la historia. Puede, en algunos casos, especular con la existencia de un fin u objetivo teleológico de la historia, o sea, preguntarse si hay un diseño, propósito, principio director o finalidad en el proceso de creación de la historia.
Las preguntas sobre las cuales trabaja la filosofía de la historia son diversas y complejas. Algunas de ellas podrían ser: ¿Cuál es el sujeto propio del estudio del pasado humano? ¿Es el individuo? ¿Son las organizaciones sociales, la cultura, o acaso la especie humana por entero? Yendo aún más allá de estas preguntas clásicas, algunos filósofos modernos han introducido un nuevo concepto, sosteniendo que la historia ha dejado de ser el estudio de unidades, de hechos, pasando a ser el estudio de una compleja totalidad, que comprende no sólo las acciones humanas pasadas y sus consecuencias visibles, sino que incluye un sinnúmero de factores en su contexto, como las relaciones humanas, las corrientes de pensamiento, las motivaciones particulares, y, tal vez el factor más recientemente incorporado y que más ha revolucionado este campo de la filosofía, es el de los pensamientos, acciones, relaciones y motivaciones de aquel individuo que escribe la historia, esto es, del historiador.

Ø FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN. La filosofía de la religión es la rama de la filosofía que se ocupa del estudio filosófico de la religión, incluyendo argumentos sobre la naturaleza y existencia de Dios, el problema del mal, y la relación entre la religión y otros sistemas de valores como la ciencia y la ética. Es frecuente distinguir entre la filosofía de la religión y la filosofía religiosa. La primera refiere al pensamiento filosófico sobre la religión, que puede ser llevado a cabo por creyentes y no-creyentes por igual, mientras que la segunda alude a la filosofía inspirada y guiada por la religión, como la filosofía cristiana y la filosofía islámica.
DENTRO DE ESTAS DISCIPLINAS TANBIEN ENTRA LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN Y LA FOLOSOFÍA DE LA CULTURA.

ESTRUCTURA DEL SABER FILOSOFICO

Tradicionalmente la estructura del saber filosófico se ha determinado en cuatro componentes principales, a saber:
ONTOLOGÍA (Teoría del ser en general). La ontología es la parte de la metafísica que estudia el ser en general y sus propiedades trascendentales. Puede nombrarse como el estudio del ser en tanto lo qué es y cómo es. La ontología define al ser y establece las categorías fundamentales de las cosas a partir del estudio de sus propiedades, sistemas y estructuras.
Es importante tener en cuenta que la ontología estudia los seres en la medida en que existen y no se basa en los hechos o las propiedades particulares que se obtienen de ellos.
Entre las principales cuestiones que aborda la ontología, se encuentran las entidades abstractas. Los números y los conceptos, por ejemplo, ingresan en el conjunto de las cosas abstractas, a diferencia de los seres humanos, las mesas, los perros y las flores. La ontología se pregunta qué criterio se utiliza para establecer si una entidad es abstracta o concreta, ya que hay entidades abstractas que no se saben si existen.
La ontología también reflexiona sobre los universales (las propiedades o atributos). Estos referentes justifican la forma de referirse acerca de individuos: los ontólogos aún debaten sobre la existencia de los universales en las cosas o en la mente.
La distinción entre lo mental y los procesos físicos de la mente constituye otro problema ontológico. Lo mental suele no ser accesible desde el punto de vista físico (una idea no se encuentra como tal dentro de la cabeza, sino que surge por un proceso físico); su existencia ontológica, por lo tanto, no está probada.


LÓGICA (Teoría del pensamiento). La lógica es la ciencia que expone las leyes, modos y formas del conocimiento científico. Se trata de una ciencia formal que no tiene contenido, sino que se dedica al estudio de las formas válidas de inferencia. Es decir, se trata del estudio de los métodos y los principios utilizados para distinguir el razonamiento correcto del incorrecto.
La etimología muestra que el concepto de lógica deriva del latín logĭca, que a su vez proviene del término griego logikós (de logos, “razón” o “estudio”). El filósofo griego Aristóteles fue pionero al utilizar la noción para referirse al estudio de los argumentos como manifestadores de la verdad en la ciencia, y al plantear al silogismo como el argumento válido.
Aristóteles está considerado como el padre de la lógica formal. Por otro lado, la lógica informal es el estudio metódico de los argumentos probables desde la retórica, la oratoria y la filosofía, entre otras ciencias. Se especializa en la identificación de falacias y paradojas, y en la construcción correcta de los discursos.
La lógica natural es la disposición natural para discurrir con acierto sin el auxilio de la ciencia. La lógica borrosa o difusa, en cambio, es la que admite una cierta incertidumbre entre la verdad o falsedad de sus proposiciones, a semejanza del raciocinio humano.
Por otra parte, la lógica matemática es aquella que opera utilizando un lenguaje simbólico artificial y realizando una abstracción de los contenidos.
Existen otros tipos o clases de lógica, como la lógica binaria, que trabaja con variables que sólo toman dos valores discretos.
EPISTEMOLOGÍA (teoría del conocimiento o gnoseología). La epistemología es la doctrina de los fundamentos y métodos del conocimiento científico. También conocida como gnoseología, su objeto de estudio es la producción y validación del conocimiento científico. De esta forma, la epistemología analiza los criterios por los cuales se justifica el conocimiento, además de considerar las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a su obtención.
Es importante tener en cuenta que epistemología y gnoseología no son exactamente sinónimos. La epistemología se concentra en el conocimiento científico, por lo que es la teoría de la ciencia. La gnoseología, en cambio, busca determinar el alcance, la naturaleza y el origen del conocimiento (teoría del conocimiento).
La epistemología, por otra parte, suele ser asociada con la filosofía de la ciencia, aunque ésta es más amplia. Hay cuestiones que analiza la filosofía de la ciencia y que no son de interés para la epistemología, como interrogantes metafísicos (¿existe la realidad objetiva o es una ilusión de los sentidos?). Para la epistemología, la respuesta a esa pregunta es indiferente respecto a la existencia de métodos de obtención de conocimiento y los criterios de validación del mismo.
Otra disciplina vinculada a la epistemología es la metodología. Hay que aclarar que, para el metodólogo, el conocimiento no se encuentra en tela de juicio, sino que lo considera como algo ya aceptado como válido por la comunidad científica. Por lo tanto, la metodología se concentra en la búsqueda de estrategias para ampliar el conocimiento. Podría afirmarse que el método es el procedimiento para alcanzar los objetivos y la metodología es el estudio del método.
AXIOLOGÍA (Teoría de los valores). Axiología proviene del griego axios (valioso o estimable) y logos (tratado).
Disciplina dentro de la filosofía dedicada al estudio teórico del valor, tanto en sus aspectos positivos como negativos. Esta teoría analiza los fundamentos de los juicios que nos llevan a considerar que algo es valioso o carente de valor. Para ello hay que conocer también la ética y su metodología.
La axiología encuentra una aplicación especial en el campo de la ética donde filósofos como Heinrich Rickert, Max Scheler o Nicolai Hartmann han tratado de elaborar una jerarquía de los valores.

CARACTERISTICAS DE LA FILOSOFIA

La tradición filosófica occidental comenzó en la Antigua Grecia de la mano del pensador griego Pitágoras, y los trabajos de Platón y Aristóteles contribuyeron a su desarrollo. La filosofía es el estudio de una variedad de problemas fundamentales acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje. ¿Sabes cuáles son sus características?
Las características de la filosofía son:
Crítica: la filosofía es un saber crítico, que pone en duda ciertas cosas que no le parecen suficientemente claras o bien explicadas.
Certidumbre Radical: los filósofos no se conforman con cualquier clase de respuesta.
Fundamentadora: el filósofo desea saber en qué se basan todos nuestros conocimientos. Nos hace reflexionar sobre los fundamentos en los que se asientan nuestros conceptos, conocimientos y creencias. Para ello, realiza una exhaustiva revisión de los fundamentos, conocidos también como ‘principios’.
Totalizadora: la filosofía tiene una tendencia a la ‘universalidad’, pues no se conforma con explorar fragmentos de la realidad, ni con dar visiones parciales del mundo.
Sabiduría: la filosofía es un conocimiento que se preocupa por encontrar el sentido, meta y valor último de la vida humana, siempre con el fin de proyectar una vida mejor.
Praxis –práctica-: la filosofía trata problemas y soluciones que tienen profundas repercusiones en la sociedad, demoliendo prejuicios y falsas concepciones para despejar el camino y construir nuevas alternativas y mejores mundos.

ORIGEN DE LA FILOSOFIA (MITO)

La necesidad de comprender la realidad recorre la historia de la humanidad, desde las primeras explicaciones mitológicas, la razón humana pasó a buscar explicaciones racionales: filosóficas y científicas.
¿QUÉ ES UN MITO?
"El mito son los hechos de la mente puestos de manifiesto en la ficción de la materia"
EL MITO, PARTE DE LA NATURALEZA HUMANO 
La leyenda forma parte de la naturaleza humana, existen pues, en todas las culturas, relatos míticos que hablan de la creación del mundo y de los primeros tiempos de la humanidad. Estas historias, definen y justifican el mundo y ubican a la humanidad respecto a la creación. Al consolidarse la civilización, los mitos que sirvieron para crearla, pueden ir perdiendo su importancia original hasta convertirse en meras supersticiones o pasatiempos. Aunque conservará la fuerza inherente del tiempo en el que fueron creadas. Las mitologías atesoran toda la poesía la pasión de la que es capaz la mente humana.
ETIMOLOGIA DE LA PALABRA “MITO”
La palabra "mito" deriva del griego mythos, que signfica "palabra" o "historia". Un mito, tendrá un significado diferente para el creyente, para el antropólogo, o para el filólogo. Esa es precisamente una de las funciones del mito: consagrar la ambigüedad y la contradicción. Un mito no tiene por qué transmitir un mensaje único, claro y coherente.
La mitología no es sino una alternativa de explicación frente al mundo que recurre a la metáfora como herramienta creativa. Entonces, los relatos se adaptan y se transforman de acuerdo a quién los cuenta y el contexto en el que son transmitidos. Los mitos no son dogmáticos e inmutables sino que son fluidos e interpretables.
ESTRUCTURA DEL RELATO MÍTICO
El tiempo mitológico se diferencia del tiempo cronológico porque es una suerte de "tiempo fuera del tiempo". Esto supone una estructura muy particular, que refiere a una edad de oro o tiempo primordial.

EL HOMBRE Y LA FILOSOFIA (REFLEXION FILOSOFICA)

·          CONOZCO
La definición más clásica del hombre se debe a Aristóteles. De una manera muy concisa, pero también exacta, definió al hombre como "animal racional": lo que diferencia al hombre de todos los demás animales, lo propio y específico, es la racionalidad. El conocimiento humano no sólo es sensible, sino también intelectual (o racional).
Por sus características simplemente físicas o corporales, la especie humana podría haber estado destinada a la extinción. Sin embargo, gracias a su inteligencia, el hombre se ha mantenido en la existencia al conocer la realidad o naturaleza y aplicar dicho conocimiento para transformarla de acuerdo con sus propias necesidades.
Nuestro conocimiento también nos permite plantearnos y responder a las cuestiones antropológicas o existenciales
acerca del sentido de la vida humana, así como determinar el obrar o modos de acción
que se corresponden a nuestra naturaleza o esencia.
·          ¡QUIERO!
Parece evidente que quieres. Pero, ¿es tu querer libre?
Hay filósofos que consideran que no somos libres, sólo lo parecemos. Son los deterministas. Y sin embargo hay otros que piensan que realmente somos libres.
Si te inclinas hacia la segunda postura te encontrarás con otra pregunta:
¿Para qué tu libertad?
¿Te atreves a buscar las respuestas?
·          SIENTO
Como ya sabes, los hombres conocemos (sensible e intelectualmente) y tenemos tendencias de atracción o rechazo (que pueden ser sensibles y volitivas).
Así, por ejemplo, podemos conocer, a través de nuestros sentidos, que el agua es una sustancia incolora, inodora e insípida. Nuestra inteligencia nos permite conocer que el agua es H2O. En un día caluroso, después de una larga caminata, muy probablemente tendremos sed (eso es una tendencia sensible). Cuando decidimos beber el vaso de agua que nos ofrecen, o incluso sacrificarnos y cederlo a otro más sediento, eso es un acto de nuestra voluntad.
Ahora bien, el placer que experimentamos al beber el agua y satisfacer nuestra sed, eso ya no es conocimiento, ni tampoco tendencia, sino un "sentimiento" y pertenece a la vertiente o dimensión afectiva del ser humano. Nuestra afectividad incluye los sentimientos y las emociones.
Evidentemente, por carácter o temperamento, algunas personas tienden a ser más racionalistas y priorizan el elemento cognoscitivo; otras se caracterizan por una gran fuerza de voluntad; y otras son más pasionales o afectivas y se dejan llevar más por sus sentimientos o emociones.
Lo ideal es encontrar un adecuado y justo equilibrio entre ambos aspectos: ni racionalismo frío y calculador, ni afectividad ciega o pasión arrolladora.
Lo cierto es que cuando conseguimos conciliar nuestra razón y nuestros sentimientos, nuestra voluntad lo tiene mucho más fácil a la hora de tomar sus decisiones.
·          MI CUERPO Y YO
Vivimos en la sociedad de la imagen y el cuerpo se nos da como nuestra imagen en el mundo. Es nuestra carta de presentación.
Pero en una sociedad que prima la imagen vivimos "adorando" nuestro cuerpo. Estamos en la época del culto al cuerpo: todo es "bio" o "light"; "sano" o "natural"...
Pero, al mismo tiempo, el culto al cuerpo se ha convertido en negación de él: cirugía estética -hasta la muerte, si es preciso-, trastornos de la alimentación (anorexia, bulimia, bulinorexia, ortorexia)...
¿No te parece que en el fondo no nos hemos parado a pensar qué es nuestro cuerpo y qué relación tiene con nosotros?
·          SOY PERSONA
Hasta ahora hemos estado hablando del "hombre" o del "ser humano". En este momento vamos a introducir el concepto de "persona":En el lenguaje ordinario utilizamos la palabra persona como sinónima o equivalente a la de hombre.
Este uso del término es correcto, porque la persona humana es el hombre mismo. Sin embargo, con el término persona designamos algo más que con el de hombre, pues se significa no solamente al hombre, sino a éste en cuanto es portador de una dignidad de la que carecen todos los demás seres de la naturaleza (los inertes, los vegetales y los animales).
Así, por ejemplo, cuando alguien recibe malos tratos, o no se le atiende debidamente, es decir, cuando no se tiene en cuenta su valor, no se queja utilizando la expresión "¡Soy un hombre!", sino la de "¡Soy una persona!".
Con ello se indica, sin advertirlo plenamente, que se es un hombre pero con una dignidad característica.
·          NOSOTROS
Yo, tú, nosotros son palabras que hacen referencia a nuestra dimensión situada.
Estamos unos con otros. Pero, ¿en el fondo estamos condenados a estar solos? o ¿sería mejor que lo estuviéramos?
¿Quizás nos interese estar acompañados? ¿Tal vez, deseamos, anhelamos, buscamos compañía y ésta sea la única forma de crecer como personas? Aquí tienes la cuestiones. Ahora te toca a ti.
·          ¿A DÓNDE VOY?
Todos, en algún u otro momento de nuestra existencia, nos hemos preguntado si la vida tiene un sentido o fin y cuál es.
Ésta es una de las preguntas más importantes que podemos formularnos y su respuesta es fundamental para todos y cada uno de nosotros, pues de ella va a depender el modo en que vivamos nuestra vida. Vivir al día sin plantearnos el problema es, como mínimo, una frivolidad que no podemos permitirnos.
La diferencia está en "vivir la vida" o, simplemente, "pasar por la vida" dejándonos llevar. Ciertamente, venimos a la vida sin que nadie nos pregunte si queremos o no nacer. Nadie nos coloca un "manual de instrucciones" debajo del brazo diciéndonos qué debemos o no hacer, y qué podemos o no esperar.
Tal y como dirían los existencialistas, nos encontramos "arrojados", "implantados" en la existencia. Sin embargo, a pesar de ello, sí que podemos descubrir una serie de "pistas" mirando en nosotros mismos y en los demás.
La vida es algo así como un viaje cuya meta es la felicidad; y hacia ese objetivo vamos.